UN CUENTO PARA LA ANSIEDAD: aceptar más que rechazar…

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“Había un rey que tenía 3 hijos.

El mayor era apuesto y muy popular,

y cuando cumplió los 21 años su padre le construyó un palacio en la ciudad.

El segundo era inteligente y muy querido.

Cuando cumplió los 21, su padre le construyó otro palacio en la ciudad.

El tercer hijo no era inteligente ni atractivo,

sino todo lo contrario, desagradable e impopular y cuando cumplió los 21, los asesores del rey le dijeron:

“Como ya no queda más sitio en la ciudad, debes construir un palacio fuera

de la ciudad, con muros suficientemente fuertes para que soporten las embestidas de los bandidos”.

Así fue como el rey construyó el palaciofuera de los muros,

y envió a sus mejores soldados para que lo defendieran.

Al cabo de un año, el rey recibió el siguiente mensaje de este hijo:

“No puedo seguir viviendo aquí, los bandidos son demasiado fuertes”.

Entonces los consejeros le dijeron al rey:

“Construyamos otro palacio a 30 km de la ciudad.

En un sitio alejado de los bandidos,

y enviemos un mayor número de soldados para defenderse de las tribus nómadas.»

El rey les hizo caso de nuevo,

y construyó el nuevo palacio y envió a más de 100 soldados para defenderse.

Un año más tarde recibió un nuevo mensaje de su hijo:

“Ya no puedo resistir más aquí,

las tribus son demasiado fuertes”.

Entonces, los asesores recomendaron:

“Construyamos un castillo,

una enorme fortaleza a 160 km de distancia.

Tendrá que ser lo suficientemente grande como para albergar a 500 soldados

y lo suficientemente fuerte como para poder

soportar el ataque de los enemigos de la frontera”.

Volviendo a hacerles caso, el rey construyó

ese castillo y envió a 500 soldados para protegerlo.

Pasado otro año, el hijo envió un nuevo mensaje al rey que decía.

«Padre, los ataques de las tribus vecinas son demasiado fuertes.

Ya nos han atacado un par de veces y si lo hacen una tercera,

temo por mi vida y por la vida de mis soldados”.

Entonces el rey dijo a sus consejeros:

“Dejémosle volver a casa para que viva en palacio conmigo.

Es mejor aprender a amarle que desperdiciar energía y recursos para mantenerle a distancia”.

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