SOLOS

A veces las grandes batallas se ganan solos, sin espectadores y sin ruido.
Aunque las lágrimas asomen tras los recuerdos, la soledad se convierte en tu mejor compañía.
Mejor compañía para llorar un error, cargar una culpa, o volver a acariciar una herida.
¡Soledad amada!
No te asustes de ella que siempre llega para envolverte con su abrazo porque otros brazos no llegan.
Tantas veces te ha sorprendido esperando que alguien note tu tristeza, tu dolor o tus heridas y seque tus lágrimas y nadie llegó…solamente ella entró callada atravesando el umbral de tu corazón y se sentó a escucharte, abrazarte y consolarte.
¡Bendita soledad que siempre llegas!
En tí he tejido mis derrotas y fracasos; contigo lloré mis heridas y consolé todas mis decepciones. Fuiste testigo de mis caídas y sin sentido una y otra vez.
No reniego de ti ni siquiera te cierro la puerta porque te hice mi más sincera compañera porque al momento de mi angustia nadie llegó.
Soledad que traspasa los tiempos y el recuerdo, has sido testigo de tanto y lo mejor que no fuiste juez sino amiga.
Callada y compañera,
tierna y supliste lo que amigos, esposo, novio o compañero no lo hizo: abrazarme, consolarme, entenderme, o simplemente dedicarme un tiempo para «estar» cuando más lo necesitaba.
Soledad que ya no hieres.
Hoy comprendo tu presencia y agradezco tu belleza, pues aunque tantos te rechacen y huyan: yo te espero para que como ninguna persona ha venido para consolarme y abrazarme.

Autor: Ps Teresita Maria

Dedicado para todas aquellas personas que en la soledad sanan sus heridas y enfrentan batallas.

CENTRO DE PSICOLOGÍA Y FAMILIA

3 respuestas a «SOLOS»

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.