Decisiones en pareja: por acuerdo, nunca por imposición

Todas las decisiones en pareja deben basarse en reglas y acuerdos comunes, los cuales se establecen en forma consciente o inconsciente y dan sustento al adecuado funcionamiento y satisfacción mutua, a la vez que son indispensables para evitar conflictos y luchas de poder.

Comunicación para la decisión

Decidir entre dos casi siempre constituye terreno difícil, ya que predominan situaciones de interés personal u otros factores capaces de entorpecer negociaciones certeras y satisfactorias para ambos. Saber comunicarse para que el otro comprenda el mensaje y se den las bases para tomar decisiones equitativas en pareja es complicado, pues no existe aprendizaje alguno que contribuya a ello.

«Cada persona interpreta y utiliza su necesidad de poder de acuerdo a sus creencias, antecedentes y expectativas; de ahí que algunos lo ejerzan en forma abierta por medio del sometimiento o mediante la manipulación sutil. En ambos casos existe el control de la persona de quien se espera recibir respuesta», refiere el Dr. José de Jesús González Núñez, presidente honorario del Instituto de Investigación de Psicología Clínica y Social.

¿Ceder o no ceder?

Los antecedentes socioculturales han legado la fijación de papeles y roles tradicionales (estereotipos) entre mujer y hombre; una constante en ellos es el modelo patriarcal donde el varón ejerce el poder tanto al interior de la relación como fuera de ésta, lo cual implica la subordinación de la mujer con respecto a él. Así, el papel de jefe y autoridad corresponde al sexo masculino, cuya función es la de proveer, dirigir y controlar a su pareja, hijas e hijos.

Si bien tales conceptos tienden a transformarse debido a la emancipación de la mujer y sus mayores oportunidades laborales, de desarrollo personal y autonomía, todavía prevalece este tipo de patrones en algunas parejas. «En consecuencia, el manejo del poder y autoridad adquiere otros matices. Ahora estamos ante proceso difícil para obtener manejo de autoridad más racional y compartida que acabe con creencias fuera de lugar para las nuevas generaciones», señala el especialista.

En algún momento de la relación, la pareja se verá en la necesidad de decidir sobre asuntos importantes que les competen a ambos. Algunas personas pueden perder mucho tiempo en negociar lo que les será satisfactorio; no obstante, la mayoría lo supera si tienen la disposición.

Los problemas surgen cuando el que tiene un sueldo más elevado asume actitud de control, lo cual se convierte en factor desencadenante de resentimientos. Por lo general, ambos quieren sentir que participan en la toma de decisiones en pareja.

Reglas y acuerdos comunes

Es importante la existencia de acuerdo explícito sobre las distintas actividades y tareas que se desempeñarán al interior del hogar para vivir en armonía, por ejemplo, la repartición de las tareas domésticas, tomando en cuenta las actividades laborales de cada uno, pero sin perder de vista la participación de ambos.

En la actualidad, el hecho de que ambos integrantes de la pareja trabajen suele ser necesidad por motivos económicos, pero también es un elemento benéfico para lograr igualdad; sin embargo, a muchas parejas les cuesta establecer prioridades, situación que requiere enorme flexibilidad mutua. Quienes han establecido sus carreras y costumbres mientras vivían solos pueden encontrar mucha dificultad para adaptarse a la convivencia en pareja.

«Si se riñe constantemente, es seguro que el estilo de comunicación deberá revisarse. A menudo las parejas discuten atacándose mutuamente en un plano profundamente personal, en vez de encarar el problema específico que está causando la tensión. Cuando se pierde de vista hacia dónde se quiere llegar, no sólo es imposible resolver el problema, sino que cada uno hace su aportación a la reserva de enfado», resalta el especialista.

¿Cómo tomar decisiones equitativas en pareja?

Las reglas en la pareja definen qué puede o no suceder entre ambos (lo que se conoce como normatividad interna) y, cuando se rompen, es probable que ambos entren en conflicto, cada uno consigo mismo o con el otro.

Algunas reglas pueden ser conscientes, delicadas o meticulosamente determinadas; otras se basan en ideales o son aprendidas de los padres de manera inconsciente. Para tener la posibilidad de decidir en pareja, recomienda el Dr. González Núñez, es necesario considerar algunas cuestiones básicas en el ámbito de la negociación afectiva:

  • Establecer acuerdos significa saber decidir y definir los derechos de cada uno, fomentar la autonomía, determinar las tareas a seguir y no olvidar la importancia de los vínculos afectivos, pero sin caer en la dependencia emocional.
  • Una pareja requiere atender las necesidades individuales y conjuntas cuando se intenta establecer reglas o, de lo contrario, los acuerdos beneficiarán sólo a uno, mientras que el otro puede estar en desacuerdo.
  • Mantenerse abierto para cambiar las reglas, a medida que las necesidades individuales y conjuntas vayan cambiando. Quienes esperan que una serie de «reglas perfectas» dure toda la vida se arriesgan a desencanto casi perpetuo, ya que la relación tiende a evolucionar de acuerdo al momento vital por el que atraviesen ambos.
  • La pareja no es adivina de lo que le sucede al otro, por lo que es adecuado exponer las cosas de manera abierta y clara, resaltando lo que se está dispuesto a cambiar y lo que se espera de la relación.
  • La crítica frente a las diferencias de opinión obstaculizan las decisiones y acuerdos, por lo que se requiere respetar el punto de vista del compañero, siendo congruente entre lo que se piensa, se siente y se actúa para evitar confusiones.
  • Es inadecuado negociar estando enfadados.
  • Se puede aprender a aceptar riesgos. Parte de ello es dar a conocer las necesidades propias, es decir, ser vulnerable.
  • En vez de discutir con base en los deseos, la pareja puede discutir qué necesita cada uno. Cuando se empiezan a negociar las necesidades, es mucho más probable que se encuentre una solución que beneficie a ambos.

Si bien la vida en pareja no es fácil porque cada persona tiene sus costumbres y cargas emocionales, es posible lograr convivencia armónica donde predomine clima de respeto y amor. Lo importante es que ambos miembros sean flexibles a la negociación y estén conscientes de que hay momentos en que es necesario ceder y otros mantenerse firme.

 

 

Articulo Original

Decisiones en pareja: por acuerdo, nunca por imposición

Miércoles 05 de abril del 2017, por Karina Galarza Vázquez

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